viernes, 29 de mayo de 2009

2x1


Si repentinamente me abordase un extraterrestre y me preguntase qué es el origami, tras recuperarme del desconcierto y pasmo inicial (no todos los días me encuentro con alienígenas, y menos con uno que tenga inquietudes tan particulares), de seguro que no le mostraría un dragón de muchas escamas o un escarabajo de muchas patas. A mi forma de ver (al fin y al cabo el extraterrestre me está preguntando a mi), lo que define el origami no es lo que se puede llegar a hacer con el papel, sino lo que se puede llegar a hacer con el espectador/plegador. Sin meterme en muchas honduras, de las que yo saldría malparado y el alien aún más confundido, mi punto es que las figuras sencillas sacan lo mejor tanto de la imaginación del creador, como de la del observador y esa es la esencia de la papiroflexia, la que aprendimos de niños, la que plegamos en el metro o la que nos entusiasma en las convenciones de fanáticos plegadores. Yo, casi seguro que a nuestro amigo del espacio exterior le enseñaba la pajarita, que probablemente en su planeta también haya bichos parecidos.

Toda esta apología de las figuras sencillas viene a cuento de introducir un par de ensayitos en esta dirección. Evidentemente, estas figuras de hoy no son nada del otro mundo, pero son suficientemente candorosas para que las pueda aprender un marciano con interés.


Nota técnica: para que no digan que no avisé desde el principio, ambas figuras están hechas con rectángulos kami de proporción 2x1. Además de haber sido creadas casi simultáneamente, las dos nacen de la misma idea: con una parte del rectángulo se hace una bomba de agua (que será la cabeza y las orejas) y con la otra parte del rectángulo se hace el resto del cuerpo.

martes, 28 de abril de 2009

Jucumaris



Mientras empiezo a escribir esto, aún no está plegada la figura y la tengo a medio diseñar. El caso es que me había propuesto publicar al menos dos entradas al mes y creo que si empiezo a escribir ahora me sale el post con fecha de finales de abril, a sabiendas de que finalmente vaya a publicarlo en mayo.


Los primeros borradores de oso han tenido resultados discretos. Hay que entrecerrar los ojos, poner algo de imaginación y mucha voluntad, para ver un Tremarctos ornatus, que es como la wikipedia llama al oso que unos dicen andino, otros frontino, aquellos lo llaman jucumari, los de más allá oso de anteojos, ukuku, manaba... Incluso hay gente, versada en letras extranjeras, que se refieren a él como spectacled bear. Ahí es nada.


Párrafo patrocinado por greenpeace: al paso que vamos, este oso con cara de empollón va a tener más nombres que ejemplares. No se qué narices nos habrán hecho los osos en general, pero de ocho especies que hay en el mundo, siete están amenazadas. No está nada mal.



Pues resulta que teniendo en cuenta que además el de anteojos es el único oso sudamericano, un grupo de papiroflectas lanzan a finales de 2008 “La justa de los jucumaris”, que es básicamente un concurso de diseño con el oso andino de motivo.


La idea me parece estupenda. Por una parte, se trata de una excusa perfecta para empezar a nutrir nuestro repertorio fléctico con fauna latinoamericana, la cual ha estado muy infrarrepresentada en el origami, especialmente teniendo en cuenta la megabiodiversidad de la región. Menos elefantes, menos perros y más llamas, más cóndores.


Por otra parte, hace unos años que está floreciendo en Latinoamérica un origami con voz propia, más interesado por emocionar que por optimizar. Iniciativas como ésta pueden ayudar a consolidar un foco creativo que hace tiempo deslumbra con gente como Román Díaz o Daniel Naranjo.


Por mi parte, ahí va ese oso.



Nota técnica: Cuadrado (30 cm x 30 cm aproxi.) de papel metalizado con doble capa de papel seda por la cara metalizada. Si no recuerdo mal, la base guarda algunas semejanzas con el rinoceronte de D. Brill, especialmente por el giro en la cabeza. Esta maniobra es muy útil para mantener el lomo cerrado y poder acceder a un mayor n úmero de capas en la zona de la cabeza, bien sea para sacar puntas (como Brill), bien sea para buscar un cambio de color (como el oso que nos ocupa).


jueves, 2 de abril de 2009

Bestia





Es bastante frustrante ser una bestia de papel. Por más afiladas que sean tus garras, por más terrorífico que sea tu gesto, no dejas de ser una inofensiva pasta de fibras vegetales. Y la gente se aprovecha. A pesar de tu escalofriante mirada, niños con gafas ensayan posturas con tu cabeza, enroscan tu cola, tuercen tus cuernos y juguetean con tus alas. Ése es el precio de cobrar corporeidad. Muy frustrante la verdad.

Donde las bestias de papel todavía mantienen cierta dignidad es en los libros: sea en ediciones baratas de Tolkien, en incunables caballerescos o en pergaminos míticos. Cuanto más viejo sea el papel del que está hecho su refugio, mucho mejor. Esto es simplemente una evidencia de que las bestias de papel se vuelven más poderosas cuanto más lejos se encuentran de la realidad, cuanto más antiguas, cuanto más olvidadas, cuanto más inconscientes.

Esta bestia que les presento hoy – descendiente del linaje de la Hidra, la que fue derrotada por Herácles en el lago de Lerna– ha sacrificado terribilidad por consistencia, así que espero que le reconozcan, al menos, el valor de presentarse frágil.


Nota técnica: un cuadrado de papel sándwich (seda-aluminio-seda) de 80 cm x 80 cm. La base de partida es bastante normalita, una blintz-rana. Como se podrán imaginar, siete de las ocho puntas externas son para las cabezas y la restante para la cola; la parte trabajosa, como se podrán imaginar, es sacar las cuatro patas de la punta central. Será un poco tonto por mi parte, pero me causa cierto orgullo no haber recurrido a injertos para las garras. Las alas, salen de dos de las cuatro puntas pequeñitas que se forman en las bases rana. De las otras dos, una cubre el pecho de la hidra y la otra duerme en la cola. Se le podrían sacar unas espinas, pero no le veo el sentido, francamente. Por cierto, una versión primitiva de esta hidra, muy similar en concepto y estructura, reposa bajo una suculenta capa de grasa en la cocina de mi madre.

jueves, 19 de marzo de 2009

Asturigami





















Empezaré explicando por donde debería haber empezado a explicar hace unas semanas.

Lo de “origami para tardes de lluvia”, además de un título pedantuelo, es una referencia al lugar, tiempo y circunstancia donde contraje esta afición/adicción de la papiroflexia hace más de 15 años, cuando todavía vivía en Asturias. El que conozca esa región, sabe que el orbayu es la única certeza que tenemos los asturianos, aunque con lo del cambio climático de las narices hasta eso nos lo están quitando.

Me encantaría (mejor dicho, prestaríame por la vida) presentar una serie de figuras de temática asturiana. Ya tengo el nombre de la serie pero todavía me faltan las figuras. Esta iglesia de Santa María del Naranco cuyas fotos les presento en este post, nació en enero de 2008 como regalo para Carlos y Pamela, así que ¡esto va por ustedes!

Simultáneamente, también diseñe y plegué la iglesia hermana de la anterior, San Miguel de Lillo, para Roberto y Julia. Como no tengo fotos conmigo de los resultados, diré que quedó muy bien, muy bien. Si Rober me manda las fotos, tendré que reconocer que a pesar de ser papiroflécticamente ortodoxa (un solo cuadrado sin cortes), el producto no le acaba de hacer justicia a esa maravilla del prerrománico que tenemos la suerte de tener en Oviedo.

Por cierto, hablando de todo y antes de que se acabe el día por aquí, felicidades papá.

Nota Técnica: Por si alguien no se lo imaginaba, son varias piezas: dos para la nave central (rectángulos), dos para las escaleras (cuadrados), otras dos para los tejados (rectángulos) y otra para la nave lateral que sirve de entrada (creo recordar que un cuadrado). En mi defensa diré que las piezas están ensambladas, no pegadas (bueno sí, después les puse algo de pegamento para que aguantasen mejor el tiempo, pero en principio no lo necesitan). El papel es metalizado con manila. Conceptualmente no debería ser muy complicado hacer toda la construcción con un papel rectangular (eso sí, tal y como está diseñado tendría que ser larguito y bastante incómodo de trabajar). Para hacerlo con tejados y todo de un solo papel y utilizando el color de ambos lados del papel, no debe ser imposible, pero parece aburridísimo. Conmigo no cuenten.

martes, 10 de marzo de 2009

Cerdito-hucha



Huchas de papel para tiempos de crisis. Este cerdito en concreto ofrece diversas ventajas para el ahorrista moderno:

  • Ahorro flexible (¡!) y sin compromisos

  • No cobra comisiones de ningún tipo. Si se las cobra o le habla o le dice algo, desconfíe: es un cerdo de papel.

  • Depósitos a la vista: puede usted retirar su platica cuando guste. Si se niega el muy cerdo, pliéguelo o rómpalo, según su urgencia o la de sus acreedores.

  • Alta rentabilidad, su dinero cada vez valdrá más (oferta solo válida si se confirma que entramos en deflación).

  • No ofrece asesoría financiera ni productos estructurados ni nada de eso (si ha leído los periódicos en los últimos meses, estará de acuerdo conmigo en que es una gran ventaja).

  • Opacidad fiscal (a menos que los inspectores de hacienda pongan el cerdito a contra luz, en cuyo caso si se ve todo).
  • Mírelo a los ojos: en ningún banco encontrará una mirada tan amigable como la de este cochinito.

  • Reflexione: tal y como está el patio, sus ahorros estarán más tranquilos con este cerdito-hucha que en manos de otros porcinos del sector bancario.

    Nota técnica: el cerdito está hecho a partir de un cuadrado de 50 cm x 50cm de papel bond rosado. La idea surgió después de ver el estupendo cochinillo que Román Díaz presentó en su blog hace unos meses. El de la foto es el primero que hice, en diciembre de 2008 (de momento también el único) y seguro que merece un mejor doblado, pero creo que podría quedar bien plegado en húmedo.

jueves, 19 de febrero de 2009

Comencemos...

Primer post, primer día de blog. Solo olvidando un contundente historial de deserciones, se puede asegurar que no será el último, pero allá vamos.

No tengo muy clara la periodicidad que tendrá este pequeño juguete, pero la idea es presentarles alguna figura de cuando en cuando como excusa para poder contarles los vericuetos que me llevaron a ella.

Papiroflexia lúdica, desprejuiciada, plegable, cómplice. Si la papiroflexia que se ofrece aquí no provoca al menos una sonrisa (pequeñita, pequeñita, apenas con la comisura de los labios), será el momento de arrugar los papeles y pasar a otra cosa.